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¿CÓMO SABER SI TE ENCUENTRAS ANTE UNA SITUACIÓN DE MALTRATO?

 

      Sin tener en cuenta los maltratos físicos y/o psicológicos (palizas y gritos, por ejemplo) que son sobreentendidos como situaciones claras y denunciables de maltrato en cualquier caso, existen también otro tipo de actitudes del dueño hacia el animal que se consideran maltrato, aunque muchas veces no seamos capaces de identificarlo a simple vista.

 

  • Aislamiento: Tener un animal en una zona, como por ejemplo azotea o parcela aislada de forma permanente, sin relación con otros seres vivos tanto de forma permanente como la gran parte de su vida.

  • Malnutrición: No alimentar de forma correcta a los animales según sus necesidades, hacerlo con alimentos y agua en mal estado o directamente dejarles de morir de inanición o deshridatación. 

  • Negación de atención veterinaria: La negación de atención médica puede suponer malestar, agonía, reducción de la calidad de vida y, en la mayoría de los casos (muchas veces evitable), la muerte.

  • Privación de libertad de movimientos: Vivir atado, hacinado, en jaulas o cualquier limitación de los movimientos naturales ya sea en cuanto al espacio mínimo necesario para la especie o a la capacidad para moverse o mover ciertas partes de su cuerpo (como cepos en las patas o mandíbula)  de forma permanente o la mayor parte del tiempo. 
    Verse obligados a comer, dormir y defecar en el mismo espacio. Las limitaciones de movimientos generalmente producen heridas en el animal que se cronifican e infectan con el tiempo, además de hacerles más vulnerables a zoonosis de su hábitat.

  • Negación de cobijo: No poder guarecerse si habita en el exterior, que no se moje con las lluvias, se queme con el sol o se hiele con la nieve, evitando que las temperaturas tanto frías como exesivamente cálidas le afecten. 

  • Condiciones higiénico-sanitarias deficientes: Ya sea del animal en sí o de su entorno (cuartos, cuadras, cuevas…). Vivir rodeados de heces, agua o comida putrefacta llena de insectos, mal olor, chatarra, materiales punzantes o tóxicos, basura...

  • Transportes de forma inadecuada: Hacinarlos para evitar hacer más viajes o cualquier otro motivo, de forma que sus movimientos se vean limitados de forma innecesaria, que puedan agobiarse, dañarse o incluso pelearse dentro del habitáculo a causa de la irresponsabilidad del transportista.

Es sencillo identificar el maltrato animal: ponte en su situación,

¿te importaría ser él?

      Si presencias cualquiera de estas situaciones, no dudes en enviarnos un email a                                                     o un mensaje a nuestra página de facebook

con toda la información que tengas. Te orientaremos para que sepas cómo actuar.

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